El dolor

Las enfermeras y enfermeros no podemos sentir ni ver el dolor del paciente. Muchos pacientes, encuentran dificultades para comunicar el dolor, que es uno de los mecanismos de defensa del organismo que indica que existe un problema. El dolor es más que el síntoma del problema; es un problema de alta prioridad por sí mismo. Representa un peligro tanto fisiológico como psicológico para la salud y la recuperación. En este post vamos hablar de los tipos de dolor.

El dolor se puede describir según su duración, localización o etiología. Cuando el dolor dura sólo lo que el período de recuperación esperado, se describe como dolor agudo, con independencia de que sea de comienzo rápido o lento, y de la intensidad. Por otra parte, el dolor crónico es prolongado, habitualmente recidivante o persistente durante seis meses o más, e interfiere con el funcionamiento. El dolor crónico se puede subclasificar a su vez como dolor crónico maligno, cuando se asocia a cáncer u otros procesos que amenazan la vida, o dolor crónico no maligno, cuando su causa es un trastorno no progresivo. El dolor agudo y crónico originan respuestas fisiológicas y conductuales diferentes.

El dolor se puede clasificar según su origen como cutáneo, somático profundo, o visceral. El dolor cutáneo se origina en la piel o el tejido subcutáneo. Un corte con un papel que causa un dolor intenso con cierta sensación de quemazón constituye un ejemplo de dolor cutáneo. El dolor somático profundo procede de ligamentos, tendones, huesos, vasos sanguíneos y nervios. Es difuso y tiende a durar más que el dolor cutáneo. Un ejemplo de dolor somático profundo es un esguince de tobillo. El dolor visceral se debe a la estimulación de receptores dolorosos de la cavidad abdominal, el cráneo y el tórax. El dolor visceral tiende a ser difuso y a menudo se percibe como el dolor somático profundo, es decir, como una sensación de quemazón, dolor sordo, o una sensación de presión. Por ejemplo, la obstrucción intestinal producirá dolor visceral.

El dolor irradiado se percibe en el lugar de la fuente de dolor y se extiende a los tejidos vecinos. Por ejemplo, el dolor cardíaco puede experimentarse no solamente en el tórax sino también siguiendo el hombro izquierdo y bajando por el brazo. El dolor referido se experimenta en una parte del cuerpo considerablemente alejada de los tejidos que lo provocan. Por ejemplo, el dolor de una parte de las vísceras abdominales se puede percibir en una zona de la piel distante del órgano que causa el dolor.

El dolor incoercible es un dolor altamente resistente al alivio. Un ejemplo es el dolor de una neoplasia maligna avanzada. El dolor neuropático es consecuencia de una lesión presente o pasada del sistema nervioso periférico o central, y puede aparecer en ausencia del estímulo doloroso, como la lesión del tejido o de un nervio. El dolor fantasma es una sensación dolorosa percibida en una parte del cuerpo que falta (amputaciones) o paralizada por una lesión de la médula espinal.

Cuando un paciente percibe dolor en un tejido lesionado, se alcanza el umbral del dolor. El umbral del dolor de un paciente es la cantidad de estimulación dolorosa necesaria para que la persona experimente dolor.


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