Se produce una hemorragia cuando un vaso sanguíneo se rompe, provocando la pérdida de sangre. La impresión de gravedad aparecerá cuando observe los siguientes signos y síntomas en sangrados sin control en el tiempo y en función del volumen sanguíneo perdido:
-Palidez cutánea y de mucosas (boca, nariz).
-Ansiedad creciente.
-Respiración agitada, rápida y poco profunda.
-Pulso rápido y débil.
-Obnubilación.
Qué hacer:
-Siente o tumbe a la víctima.
-Tranquilícela.
-Adopte las medidas higiénicas y de seguridad frente a infecciones y contagios.
-Aplique apósitos o pañuelos de tela lo más asépticos posible cubriendo el foco sangrante y presione directamente sobre estos con sus dedos, mano o puño.
-Eleve el miembro afectado si las lesiones se lo permiten.
-Si el sangrado continúa y ha empapado la primera capa de apósitos: coloque otra por encima sin retirar los primeros.
-Vuelva a presionar inmediatamente.
-El sangrado persiste: repita la misma operación anterior.
-Aplique un fuerte vendaje compresivo, manteniendo el miembro elevado.
-Observe la coloración por debajo del vendaje y si aparece color azulado o amoratamiento, hormigueo o dolor intenso, afloje progresivamente la presión, siempre y cuando el sangrado no aparezca nuevamente.
-En caso de mareo o inconsciencia, ponga a la víctima en posición antishock.
-Reevalúe de manera continua el estado general de la víctima, compruebe sus constantes, y actúe si se deterioran.
-Si no respira o su respiración es ineficaz (bloqueos, escaso movimiento torácico), inicie maniobras de reanimación cardiopulmonar.