Puede ser necesario poner una inyección:
-Cuando una medicina no viene en una presentación que pueda tomarse por la boca.
-Cuando la persona no puede tragar o está vomitando.
-En algunas emergencias, como cuando una mujer está sangrando o tiene una infección después del parto o después de un aborto.
Es importante poner bien las inyecciones. Pueden ser peligrosas si se ponen en el lugar equivocado, de una manera incorrecta o sin lavarse las manos o limpiar bien la jeringa y el sitio de la inyección.
Las jeringas son en la actualidad de plástico, vienen envasadas en una bolsa de silicona hermética, son estériles y se utilizan una sola vez, a fin de evitar riesgos de infecciones entre varios pacientes. Existen varios tamaños de jeringas. Desde las más pequeñas, con capacidad de un mililitro o centímetro cúbico, que se emplean sobre todo para la administración de insulina a pacientes diabéticos, hasta las mayores, con capacidad de 60 mililitros. Las más usuales son las de 3 y de 5 mililitros.
Las agujas tienen un tubo de metal y un adaptador de plástico. Mediante este adaptador se fija la aguja al extremo inferior de la jeringa. Al igual que las jeringas, las agujas también se suministran envasadas individualmente y estériles, y se utilizan una sola vez para evitar infecciones. Las agujas se fabrican en diversos tamaños, los cuales se utilizan según la forma de inyección.
Hay cuatro formas de inyecciones:
En la inyección intravenosa se introduce la aguja a través de la piel en una vena. El líquido entra por lo tanto en el sistema del cuerpo.
En la inyección intramuscular la aguja penetra en un tejido muscular, depositando el líquido en ese lugar. Desde allí el cuerpo lo va absorbiendo lentamente a través de los vasos sanguíneos capilares. Existen tres tipos de inyección intramusculares: intramuscular de brazo,intramuscular de gluteo e intramuscular en las piernas.
En la inyección subcutánea la aguja penetra muy poco espacio por debajo de la piel, el ángulo de inyección con respecto a la piel debe ser de 90 o 45º, el líquido se deposita en esa zona, desde donde es igualmente absorbida de forma lenta por todo el organismo.
En la inyección intradérmica la aguja penetra solo en la piel (dermis) en un ángulo de 10º paralelo al eje longitudinal del antebrazo. La inyección ha de ser lenta y, si es correcta, aparecerá una pequeña pápula en el punto de inyección que desaparece espontáneamente en 10 – 30 minutos. El producto biológico será absorbido de forma lenta y local.