La gasometría arterial es la base de la monitorización respiratoria, ya que es el método más exacto para conocer la presión arterial de oxígeno y el equilibrio ácido – base del organismo. Se puede realizar mediante la extracción intermitente de muestras sanguíneas o mediante la monitorización continua mediante sensores intra arteriales.
Técnica:
- Informar a la persona de la técnica que se le va a realizar y pedirle su colaboración.
- Localizar y palpar la arteria que se va a puncionar (si es necesario, se puede aplicar anestésico local).
- Desinfectar la zona.
- Fijar la arteria entre dos dedos y puncionar la arteria insertando la aguja con un ángulo de unos 45º y en bisel de la misma hacia arriba.
- Dejar que la sangre llene la jeringa con la presión de la propia arteria (evitando en todo momento la entrada de aire ambiente).
- Una vez obtenida la muestra, se retira la aguja y se tapa la jeringa con un tapón de goma.
- Comprimir la zona puncionada durante unos diez minutos y aplicar un apósito compresivo (que permita la circulación de la extremidad).
- Identificar la muestra y enviarla inmediatamente al laboratorio junto con la petición que ha realizado el médico.
Consideraciones de enfermería:
- Si la persona está recibiendo oxigenoterapia, han de seguirse las instrucciones del médico sobre si se ha de retirar ésta antes de la gasometría o si ésta debe ser realizada mientras la persona recibe oxígeno. Cualquier modificación de las instrucciones se anotará en la petición.
- Cuando la persona está recibiendo tratamiento anticoagulante se ha de tener especial cuidado en la compresión postpunción, para evitar un posible sangrado.
- La obtención de la muestra puede efectuarse por punción en cualquier arteria cuyo pulso sea fácilmente palpable, aunque por lo general se lleva a cabo en la radial o en la femoral.
- Para realizar la punción, con una mano se localiza el pulso y se fija la arteria contra un plano profundo, y con la otra mano se introduce la aguja con un ángulo de 45º (arteria radial) a 90º (arteria femoral), dejando que la sangre fluya a la jeringa o bien aspirando con mucha suavidad.