La telesalud se define ampliamente como el uso de tecnologías de la comunicación para proporcionar apoyo y cuidados de salud a distancia. La telesalud se ha convertido en una valiosa herramienta en la mejora de la salud gracias a los avances combinados en diversas áreas, incluyendo las comunicaciones, las ciencias computacionales, la informática, y las tecnologías médicas.
La telesalud puede ser tan simple como dos enfermeras hablando por teléfono sobre los cuidados de un paciente o tan compleja como el uso de tecnología robótica para realizar una cirugía desde un sitio remoto. Hoy en día, la telesalud se asocia a menudo con el monitoreo remoto de la condición de un paciente; por ejemplo, la presión arterial, el ritmo cardiaco, y otras medidas del estado de la salud, se pueden obtener mediante un dispositivo usado por el paciente y enviado electrónicamente al profesional de la salud.
Las Teleconsultas permiten a una enfermera en una zona rural recibir asesoramiento de un especialista que puede estar en un lugar distante, acerca de pacientes con condiciones especiales o complejas. Dichas consultas pueden ser tan simples como una llamada telefónica. Cada vez más, implican una contribución más sofisticada de información médica, como la tomografía computarizada o las ecografías. Estas imágenes pueden ser tomadas por el médico local, incorporadas a un registro médico electrónico y enviadas al especialista para recomendaciones de diagnóstico y tratamiento.
La telesalud está siendo llamada a ser una de la estrategias destinadas a mejorar el acceso a los servicios de salud de forma oportuna y con calidad, especialmente para sectores en condiciones complejas de acceso geográfico.
La modalidad de prestación de servicios de salud a distancia, ha venido apareciendo en el escenario de la salud cada vez con mayor protagonismo. Es evidente que la evolución de las TIC y el incremento en sus índices de accesibilidad ha permitido generar espacios de comunicación paciente–enfermera, o enfermera-enfermera, mucho más oportunos, reduciendo limitantes de lugar y tiempo, las cuales pueden resultar críticas para el análisis diagnóstico y plan de tratamiento de un caso clínico.
En números absolutos, hay un déficit de profesionales de salud con relación al crecimiento de la población que demanda sus servicios. Esta tendencia es incluso mayor dentro de las diferentes especialidades, la Telesalud es una alternativa para mitigar esta necesidad.
Anualmente la American Telemedicine Association ATA presenta las tendencias y los avanves con relación al tema. Existe una gama innovadora en la evolución de equipos diagnósticos y terapéuticos: desde fonendoscopios, electrocardiógrafos, otoscopios, microscopios digitales, hasta robots para telepresencia entre otros dispositivos, con interfaces de conexión que permiten transmitir sus resultados a través de diferentes medios de comunicación. Su interacción con tecnologías móviles como smartphones o tablets posibilitan una nueva forma de acercar la relación enfermera-paciente y para el cuidado de la salud m-health.
A nivel global existen diferentes referentes en casos de Telesalud, hay experiencias importantes en Teleradiología como son los servicios de lectura de imágenes diagnósticas que son prestados desde la India hacia USA, los servicios de Telemonitoreo en el hogar con diferentes aplicaciones que son promovidos desde la OTN Ontario Telemedicine Network en Canadá, y diferentes modalidades que están siendo utilizadas en Dinamarca impulsadas por el proyecto Medcom.
Es innegable los beneficios que se pueden lograr con las modalidades de servicio de Telemedicina, sin embargo, si bien un proyecto de Telesalud está matizado por el uso de tecnología, sus objetivos deben focalizarse en el proceso asistencial, acompañados de una definición de nuevos modelos de servicio para usuarios y pacientes lo cual va a involucrar gestionar recursos físicos, técnicos y humanos de los centros de remisión y de recepción de casos.
En la planificación y ejecución los gestores, sponsors y directivos de un proyecto de Telesalud se juegan una gran responsabilidad. Una práctica a evitar es la sobrestimación de recursos de infraestructura tecnológica sin identificar de forma previa los escenarios de operación, control y dirección que enmarca una nueva modalidad de servicio de telemedicina. Si bien lo tecnológico es superable, los mayores inconvenientes en proyectos de este tipo se podrán encontrar en la operacionalización y mantenimiento del servicio: procesos de agendamiento, registro de historia clínica, consentimiento informado, respuesta y seguimiento oportuna de casos, firma digital, deben ser tomados en cuenta en conjunto con los componentes tecnológicos y su interacción con la plataforma tecnológica.
Los proyectos de telesalud generan valor, el cual no se puede remitir a la variable de precio por actividad únicamente. Existen ahorros y pagos por servicios especializados importantes, pero el ROI de un proyecto de este tipo no está necesariamente ligado al número de actividades realizadas, este aspecto lo puede hacer incluso vulnerable para su modelo sostenible. Tal vez la permanencia en el tiempo de un proyecto de este tipo es viable, por su capacidad de generar mayor oportunidad en el servicio. Este valor es altamente apreciado, especialmente por una red integrada de servicios de salud o por un modelo de complementación de servicios, aquí hay grandes desafíos y oportunidades.