Pulseras contra el cáncer

Esta historia comenzó en Marzo de 2013 cuando Candela ingresó en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, donde le diagnosticaron Leucemia. Aquí encontró todo el apoyo necesario para comenzar su tratamiento y para adaptarse a su nueva vida. Y fue, en esos primeros momentos, cuando Carmen, una voluntaria del hospital, le enseñó a Candela a hacer pulseras para distraerse.

Empezó haciéndolas para sus médicos, enfermeras, amigos, y enseñó como se hacían a sus amigas Mariona y Daniela. Estas dos niñas de ocho años son las verdaderas impulsoras de esta idea, ellas decidieron llamarlas Candelas, y ellas pasaron todo el verano montando un puesto cada fin de semana para venderlas y recaudar fondos a favor de la Investigación del Cáncer Infantil.

La respuesta fue tan solidaria que pronto se implicaron en la producción y distribución todos los amigos y familia, mientras Candela continuaba su tratamiento en el hospital, a la par que formaba una nueva gran familia con sus compañeros de la planta 8ª, los «Chipirones».

Niñas y niños de diferentes edades pero con una realidad común que los hace especiales, muy especiales, encontraron en estas pulseras una forma de entretenerse en tantos ingresos y horas en el hospital de día, alentados por la idea de ayudar a otros niños que en el futuro se encontrarán en su misma situación.

Fueron ellos y por ellos que las Candelas se extendieron por el hospital y de nuevo fueron los niños los que implicaron en el proyecto a sus familias.

A día de hoy son muchas las familias de la planta 8ª., OncoHematología , en el Hospital Sant Joan de Déu, las que ocupan así largas estancias en el hospital, convencidos de que en la investigación está el futuro de sus hijos y de tantos niños como ellos.