Humo del tabaco

El humo del tabaco, especialmente el del cigarrillo, cuyos efectos han sido bien estudiados, es responsable de gran número de fenómenos tóxicos. Está constituido por una mezcla heterogénea de gases y partículas líquidas suspendidas. Se han descrito más de trescientos compuestos en el humo del tabaco, que se encuentran presentes en diferente porcentaje según el tipo de tabaco y la forma de elaborarlo.

Las principales sustancias orgánicas contenidas en el humo son: óxido de carbono, anhídrido carbónico, numerosos hidrocarburos alifáticos saturados y no saturados, hidrocarburos aromáticos, aldehídos, cetonas, alcohol, ésteres, fenoles, esteroles, ácidos, alcaloides, etcétera. Todos estos elementos invaden el aparato respiratorio durante la inhalación, siendo gran parte de ellos retenidos en él, parte de los restantes pasan a la sangre y otros son ingeridos.

Al analizar los efectos que el humo del tabaco ejerce sobre el individuo, es necesario siempre tener presente la acción sinérgica de los distintos componentes, la forma como es inhalado y, sobre todo, si el humo es o no aspirado. El grado de absorción del humo inhalado depende de las condiciones físicas del fumador y, sobre todo, del estado de las vías respiratorias y de la capacidad de depuración de la mucosa. Algunas de las sustancias que forman parte del humo no  se encuentran presentes en las hojas del tabaco, o si lo están es en mínimas proporciones, formándose en el momento de la combustión, como ocurre con los hidrocarburos aromáticos policíclicos (por ejemplo el benzopireno), que poseen una acción cancerígena.

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Para disminuir la tasa de benzopireno en el humo inhalado, se aconseja fumar sólo la primera parte del cigarrillo, evitando la parte más caliente y concentrada en tóxicos; espaciar las aspiraciones para evitar que la temperatura se eleve considerablemente y consumir cigarrillos provistos de filtro.

La nicotina es una sustancia farmacológicamente activa, que actúa sobre el sistema nervioso centras y sobre las sinapsis de los ganglios nerviosos periféricos y neuromusculares. La acción que desarrolla sobre el simpático repercute en la actividad cardíaca (taquicardia, alteraciones coronarias) y en el sistema circulatorio: aumento de la presión arterial, alteración de la circulación periférica, con disminución de la temperatura cutánea, y tendencia a la formación de trombos.

En los fumadores empedernidos existe un aumento del tiempo de coagulación de la sangre y de la cifra de colesterol en sangre y una alteración en la relación entre las alfa y beta lipoproteínas plasmáticas. Algunos de los síntomas más destacados de los fumadores empedernidos son la sensación de embotamiento mental, pérdida de la memoria y disminución de la capacidad de concentración.

La estadística demuestra que la acción nociva del humo es proporcional al número de cigarrillos consumidos. Los datos estadísticos han demostrado que la acción tóxica es menor en los fumadores de puros y pipas que en los de cigarrillos, debido principalmente a la diferente manera de inhalar el humo en los tres casos.

 


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